Páginas

miércoles, febrero 01, 2006

El estado del bienestar.

Ayer hubo un pequeño desajuste en mi casa, “alguien” se olvidó de pedir gasoleo la semana pasada, con lo que a medio día no había calefacción. Ahí fue cuando sospeché que algo iba mal… Posteriormente mi hermana me dijo que ella se había tenido que duchar en agua templada. Ahí presumí que algo iba muy mal… Me acerqué al garaje y descubrí el estado más que precario del depósito, tan precario que estaba vacío. Ahí supuse que algo iba muy muy mal…

El paso siguiente fue llamar al responsable del olvido, quien en breves minutos, y tras una llamada, consiguió que nos sirvieran el preciado líquido en pocas horas. Ahí pensé que todo iba bien…

Al volver por la noche de trabajar me pidieron que intentara encender la caldera porque nadie había sido capaz de conseguirlo. Ahí fue cuando sospeché que de nuevo algo iba mal… Me acerqué, por segunda vez en el día, al garaje e intenté infructuosamente encender la caldera. Ahí presumí que algo iba muy mal… Volví a casa y descubrí que el frío polar asesino de Rusos se había instalado en mi casa. Ahí supuse que algo iría muy muy mal al día siguiente…

Si, yo ya pensaba en el día después, es decir esta mañana, porque haciendo acopio de mantas y edredones nórdicos la noche se pasa bastante bien. Pero… Oooooh cuando por la mañana intentas sacar una patita por debajo del edredón… El frío penetra rápidamente atravesando la piel, traspasa la carne como si fuera un cuchillo de carnicero recién afilado (el cuchillo, no el carnicero) y se acomoda en el hueso haciéndome sentir como pierdo toda sensibilidad. Con la mayor velocidad que mi estado de semiinconsciencia me permitió, metí de nuevo el pie dentro del edredón comprobando con mis manos si podía recuperarlo o sólo se arreglaría con un hábil corte quirúrgico. No está de más decir que, tras un profesional masaje, el pie fue perdiendo su palidez y recuperando su color natural. Tomé mi bata y, con la inteligencia que me caracteriza, la introduje en mi cama hasta que lentamente tomó una temperatura similar a la de mi cuerpo. Tras ese proceso me la enfundé (la bata) y, sacando fuerzas de flaqueza, salí al exterior notando como lentamente la nariz se me helaba. Desayuné pensando en mi siguiente reto. Si no hay agua para la calefacción… tampoco la hay para ducharme. Pensé en ducharme con bata pero me di cuenta de la tontería… a ver como la seco luego con la toalla.

Finalmente cogí la ropa, me la puse, salí hacia mi coche, temblando como un pajarito lo encendí, y con la calefacción a tope tomé rumbo a la casa de mi novia. El frío estaba tan metido en mi cuerpo que, aún notando el calor en mi rostro, no fui capaz de dejar atrás el frío que me atenazaba. A trancas y barrancas (nunca entendí del todo esta expresión) logré alcanzar la casa de mi novia. Entré y tras un saludo ligeramente gélido (no podía saludar de otra forma) entré en la ducha y, controlando mis inmensas ganas de compartir mi alegría con resto del mundo, disfruté de cinco minutos de calorcito.

Adoro el estado de bienestar y quiero a mi novia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

otro mito que cae... tanto aguantar el frío mañanero en mangas de camisa y ahora resulta que llora como una niña en cuanto tiene que afrontar los primeros síntomas de la congelación... si es que ya no hay hombres.

Capitán Cubata dijo...

JAJAJAJA me parto la caja.... crei q iba a ser el unico... Resulta q el domingo (gracias a dios por la noche)... ohh sorpresa la caldera apagada y los radiadores frios.... El lunes por la mañana pedimos el gasoil "Estamos a tope, hasta el martes por la mañana no puede ser" Tb nos armamos de paciencia (y mantas) y resistimos... El martes por la tarde ya estaba todo en la normalidad ;-)
Es todo una experiencia :)

Anónimo dijo...

en mi piso NO existe eso de calefacción; eso de meterse la ropa dentro de la cama es mi método diario, y ni te cuento los números q monto para ponerme el pijama.... y lo del agua caliente para la ducha... en fin tenemos el mítico acumulador eléctrico. Fallos básicos: si la novata que se hace pasar por tonta llamada María -que supuestamente "convive" con nosotros- se ducha y se lava el pelo, la tía jodona acaba con el depósito con lo que todos los q tenemos en desgracia ducharnos después de ella nos toca hacerlo en fría por completo (a base de cerrarle el paso del agua cuando se está duchando la estamos entrenando). El caso es que el depósito nos da para ducharnos normalmente a 4 personas seguidas, pero la tía esta parece que es como los garbanzos: le gusta estar a remojo. La última vez que me hizo la jugada tuvo suerte de escapar a la calle, pq yo estaba dispuesta a meterla bajo el grifo con ropa y todo para que me explicase si aquello era agua CALIENTE. Pa habernos matao...