La frase universal de la medicina es: una después de cada
comida. Pero me he dado cuenta que no sólo sirve para eso. Son cinco palabras
que han ido saliendo del ámbito médico para internarse en nuestra vida diaria. Es
más, estoy empezando a pensar que sirven para todo.
Una después de cada comida
El médico y una después de cada comida
Como es natural, cuando un médico me receta alguna medicina
ha llegado el caso en el que no le pregunto cada cuanto tiempo la tengo que
tomar. Me he cansado de escuchar la frase de una después de cada comida. Pienso
que, si no es así, ya me lo dirá… Digo yo que no querrá que se le muera el
paciente.
Pero me he dado cuenta que la frasecita ha ido separándose
de la boca del médico y la he escuchado muchas veces en otros momentos de mi
vida.
El farmacéutico
Sin salir de la rama de la salud, el farmacéutico (aunque se
parece más a un químico que a un médico) también se ha apropiado de esa frase. O
al menos a mí, cada vez que le pregunto la frecuencia que debo utilizar
cualquier cosa que compro en la farmacia, me responden con la conocida frase. Una
después de cada comida.
El odontólogo
O el mismo odontólogo, que es casi más un mecánico que un
trabajador de la rama de la salud. Cuando sales del dentista te regala un
cepillo de dientes y ya sabes cuántas veces lo debes utilizar: una después de
cada comida.
Por esto he estado pensando. ¿Y si resulta que la frase vale
para todo? Tras un corto espacio de tiempo rompiéndome la neurona puede ser que
la respuesta sea si.
El Gin Tonic y una después de cada comida
Lo primero que me ha venido a la mente es el Gin Tonic. No
sé por qué habrá sido. (No es necesario que nadie haga comentarios al respecto)
Para el que no lo sepa, el Gin Tonic es una bebida digestiva.
De ahí que la recomendación que se puede deducir es que lo bueno para la salud
es tomar una después de cada comida. Yo lo veo innegable. (Si alguien tiene una
opinión en contra no quiero que me la diga… Sobre todo por si me convence)
La pareja
Hace también relativamente poco pensé en un amigo que me
comentó que su pareja le echaba en cara que casi nunca le decía que la quiere. Él
me preguntaba cuántas veces al día hay que decirle a tu pareja que la quieres.
En el momento no supe cuantificarlo, pero ahora lo tengo claro: una después de
cada comida.
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