La emigración gallega, tan estudiada en conjunto, está llena de leyendas de individuos que huyeron de la Galicia más pobre para aventurarse más allá de los mares. Alfonso Graña, que salió de Amiudal, una parroquia del ayuntamiento de Avión, en la provincia de Ourense, vivio una sorprendente historia que lo llevó a reinar a las tribus Jíbaras del Alto Marañón, en la selva amazónica peruana u ecuatoriana.
Alfonso Graña (1878-1934) era un campesiño de una de las zonas más montañosas y deprimidas de Galicia a finales del siglo XIX. Fué entonces cuando decidio marchar para Brasil. Tras un tiempo allí salió para Perú donde se ganaba la vida como comerciante. La crisis del Caucho en 1922, le obligó a introducirse en la selva junto a un amigo al que mataron los Jíbaros. Este temíble poblado amazónico, conocido por ser capaz de reducir las cabezas de sus vítimas, no asesinó a Graña ya que la hija del jefe se encariñó de el.
Durante los siguientes años se ganó el respecto de los aguaruna y los huambisa, a los que gobernó, de las autoridades de Perú y de Ecuador, y de las expediciones que intentaban cruzar un territorio tan hostil y salir vivos del intento.
De este increíble pero verdadero periplo trata el libro Alfonso I de la Amazonia Rey de los jíbaros presentado ayer en el Club Internacional de Prensa de Santiago por el propio autor, el asturiano de origen gallego, Maximino Fernández Sendín.
La investigación de esta historia, digna de una película de Hollywood o de una novela de ficción, sigue adelante pues las tribus aúnda viven en los mismos territorios y “queda gente con el apellido Graña por allí” que podrían ser descendientes de este héroe nacido en Galicia.
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